Se trata de un puente sobre el río Torola de 4 vanos de 32,5m cada uno en una zona de alta sismicidad. De entre las alternativas propuestas, la tipología elegida fue un tablero de vigas. El tablero es mixto de 9m de anchura y está compuesto de 4 vigas metálicas doble T de 1,10 m de canto y una losa superior de hormigón de 0,25 m de espesor.
Se ha diseñado un vado sobre el cauce del río para permitir el acceso de grúas y montar las vigas metálicas.
Los vanos se montan isostáticos sobre las pilas y a medida que avanza la colocación de vigas se van uniendo entre sí dando continuidad a la estructura.
Una vez ejecutada la estructura metálica se procederá a la ejecución de la losa de hormigón.
Las pilas son fustes únicos de 26 m de altura máxima y sección circular maciza de 2,2 m de diámetro, rematadas en un dintel para apoyar las vigas.
Se emplean apoyos de neopreno para conseguir un aislamiento de la estructura capaz de reducir las cargas sísmicas sobre la subestructura y cimentaciones.
En estribos y pilas se disponen topes transversales redundantes.