La prueba de carga del viaducto emplea 32 camiones y concita la atención de numerosos curiosos y vecinos. Se prevé que los coches puedan circular mañana sobre la estructura.
Único en su especie. El jefe de la Demarcación de Carreteras de Asturias, Ignacio García Arango, dijo ayer del puente de los Santos que «es el primero del mundo que se ensancha a partir de una estructura antigua, por lo que cada paso que damos tiene cierto espíritu científico». En realidad, a base de ciencia y cálculos se ha hecho posible que la Autovía del Cantábrico surque ya la ría del Eo y una Asturias y Galicia. La apertura del tramo Barres-Ribadeo tiene la fecha aún por concretar; con ello, según dijo el delegado del Gobierno, Antonio Trevín, en Avilés, se completa la autovía en el Occidente un 64 por ciento.
El último trámite para abrir el puente, el de la prueba de carga, se queda en eso, en trámite. Según García Arango, «estas pruebas ya no tienen la incertidumbre de hace cincuenta o sesenta años, porque hoy ya tenemos garantías y conocemos el comportamiento de los materiales».
La prueba de carga comenzó hacia las 8 de la mañana con el cierre del viaducto y en ella participan más de sesenta personas entre técnicos, operarios y camioneros. Estos últimos -la mayoría de la Cooperativa de Transportes Avilesina- aguardaron su turno a cada lado del viaducto para situar sus pesados camiones y comprobar así la elasticidad del puente. Es un proceso largo que acabará hoy porque son numerosas las comprobaciones. En total, se plantearán seis estados de carga con los que se pretende obtener los máximos esfuerzos de flexión y torsión del tablero. Explica el jefe de la Demarcación, que «se prueban muchas circunstancias y por eso lleva tiempo, ponemos la carga en uno y otro lado del puente, en el centro? Medimos antes y medimos después para ver el comportamiento del viaducto. Es algo milimétrico, y por eso necesitamos que no haya tráfico, para controlar el peso en todo momento».
En total, participan en la prueba 32 camiones de 10,75 metros de largo, 2,6 de ancho y un peso de 38 toneladas. Es decir, el puente soportará un peso máximo de 1.216 toneladas. El Ministerio de Fomento escogió el fin de semana para efectuar las pruebas, ya que son los días de menos volumen de tráfico, al menos en materia de tráfico pesado. Las mediciones rematarán a las diez de esta noche. Mientras tanto, los vehículos que viajan hacia Galicia se desvían por la N-640 en sentido Vegadeo, y los que viajan en dirección contraria, por la N-642, entre Ribadeo y Vegadeo.
En total son veintiocho horas de corte, catorce cada día, entre las ocho de la mañana y las diez de la noche. Estos cortes son los primeros con carácter total que registran las obras del viaducto. A lo largo de los veinte meses que duró la obra se efectuaron numerosos cortes en uno y otro sentido de circulación, pero siempre fue posible cruzar de una a otra orilla. No en vano, fue éste uno de los retos del proyecto, duplicar la calzada del viejo puente con las mínimas molestias a la circulación.
El puente recibió ayer numerosas visitas de curiosos y vecinos de Asturias y Galicia que por fin pudieron atravesar el viaducto a pie, algo prohibido desde el inicio de los trabajos de ensanchamiento, en enero de 2007. Ayer las aceras permitieron recorrer los 600 metros de longitud del viaducto, que ofrece además una de las mejores vistas del estuario del Eo. Con la conclusión del puente, el tramo Barres-Ribadeo, de 4,6 kilómetros, está casi finalizado. García Arango indicó que quedan algunos remates, como por ejemplo las barandillas que protegen la acera del puente y que ayer instalaban los operarios.
Lo que no pudo el jefe de la Demarcación fue concretar la fecha prevista para inaugurar el tramo de autovía. Se prevé que los coches puedan circular a partir de mañana por el puente.